viernes, 27 de febrero de 2015

El ser Feliz es un Arte



" EL SER FELIZ ES UN ARTE "
Este arte reside en la capacidad ingenua e infantil de disfrutar en forma natural. Gozar con una puesta de sol, con el aire fresco de la mañana, el canto de los pájaros, y la contemplación de la naturaleza. De maravillarse al ver las múltiples formas de vida producto del inagotable poder creador de Dios. De disfrutar con las cosas simples que están a nuestro alcance y no soñar con inalcanzables horizontes de grandeza. El caminar algunos minutos puede ser para el hombre consciente y despierto una maravillosa aventura. Siente que está vivo, que existe, que es. Siente la vida, la fuerza de la sangre en las venas, el impulso de las corrientes nerviosas, la pujanza del corazón, el poder creador de las manos. Ve y siente los corpúsculos de vida que flotan en el aire, el olor de la vida, el calor de la conciencia humana, la respiración del planeta, la vida vegetal, las emociones y pensamientos encontrados de sus congéneres, la constante y poderosa presión del espíritu divino, las fuerzas inteligentes de cada órgano del cuerpo que luchan y laboran para mantener la vida, se pone en contacto con ellas, las ayuda, es el amo y señor de su pequeño universo. Esto es estar vivo, estar despierto, ser consciente.
La fuerza regeneradora inteligente que mantiene la vida en el cuerpo humano se cansa y agota al no contar con el apoyo y la cooperación de la mente. Cuando el individuo vive presa de negros pensamientos contribuye esto en gran medida a crear un estado de desintegración psíquica que influye poderosamente en el quebrantamiento vital. La vejez es una progresiva derrota de las fuerzas creadoras por parte de la energía destructivo o desintegrante. Así como la misión del poder creador es mantener la vida, la fuerza desintegrante debe destruir todo lo viejo, caduco y estacionario para dar origen a nuevas formas de vida. La vida trabaja para la muerte y la muerte para la vida. Ambas son diferentes extremos de aquella energía única que llamamos mente. Si alentamos pensamientos destructivos estamos favoreciendo el proceso destructivo, es decir, nos estamos suicidando lentamente.
Es a causa de esto que la vejez comienza en el alma. Empieza con el abandono a la vida fácil, a la pereza, las penas, la tristeza y la decepción. La vida es movimiento, desplazamiento, actividad. Todos los que han llevado una vida muy activa y se retiran de improviso al descanso y la ociosidad destierran las fuerzas creadoras y decaen rápidamente, como una planta que muriera por falta de agua y sol. Todos los que se consideran viejos deberían tratar de mantener su alma joven iniciando nuevas empresas, manteniendo vivas las ilusiones de la juventud, conservando la fe en la humanidad, tratando de disfrutar de la belleza del mundo y de la vida. Si es posible, que se enamoraran nuevamente, tratando de redescubrir el amor. Los años terminan por convertir el amor matrimonial en una relación puramente habitual, se acostumbran tanto el uno al otro que se necesitan mutuamente. Pero éste no es el amor que sintieron al conocerse, desapareció aquella frescura, optimismo, vida y hermosura. Deben empezar por reencontrarse a través de nuevos cortejos y galanteos, ideando mil diferentes modos de sorprenderse y halagarse mutuamente. El alma humana tiene tantas y variadas facetas que seguramente les queda mucho por conocer el uno del otro. La vida reside en los cambios, el estancamiento y la inmovilidad traen la muerte.
La sobrealimentación es otro de los principales factores de envejecimiento prematuro, al someter a un excesivo trabajo al aparato digestivo, cuya inteligencia oculta termina por fatigarse. El que desea prolongar su juventud debe someterse a períodos de ayuno, que puede ser total o parcial. El secreto de la vida reside en la alternancia de actividad y reposo, de lo cual nos da ejemplo el corazón latiendo más de 100.000 veces cada 24 horas.
Ese gran fantasma que es la muerte no asusta al que logra elevar su altura conceptual, y comprende a través de la investigación práctica de los arcanos de la vida que sólo representa el nacimiento a una nueva forma de vida. Seguramente es más doloroso el nacimiento al plano material que al energético.
Para el verdadero ocultista la muerte significa solamente despojarse de una envoltura para continuar viviendo en el mundo invisible y volver a la tierra a su debido tiempo.
El que sienta una genuina inquietud espiritual y medite profundamente en estas enseñanzas tendrá una segura indicación con respecto al camino que debe recorrer.
Ocultismo : es el estudio de la esencia y origen de la vida, el estudio del hombre y de sus complejas relaciones con la naturaleza y el cosmos. Desde el momento que el hombre es portador de la chispa divina lleva en sí en estado latente todas las posibilidades. Unirse a esta chispa divina es lograr la entrada al cielo y alcanzar la verdadera y única felicidad. No puede existir una real felicidad cuando no hay paz interna.
¿Quién puede mantenerse totalmente sereno ante los embates de la vida?
Esta paz interna no se puede adquirir con todas las riquezas de este mundo ni con títulos de ninguna clase. Puede, ser más feliz un mendigo sin hogar que un millonario que vive en un palacio